Los Creadores, cuándo dieron la vida, otorgaron un espacio natural a los seres vivos del mundo. Dentro de ese espacio se fundaron ciudades de antropomorfos y humanos, que crecieron a lo largo de la Primera Era. El entendimiento de su espacio natural y de su propia especie, hizo que las ciudades fueran muy variadas a lo largo de los Tres Continentes, por lo que se pueden encontrar ciudades maravillosas, enigmáticas, o extrañas según sus moradores.